PERFIL DEL CONSULTANTE (PARTE II)
Esto no debe llevar a la transformación del arte de la cartomancia en una serie interrumpida de consultas encadenadas. La adivinación, cuando goza de este titulo con toda propiedad, necesita de un estado particular de relajación, de sensibilidad y de energía mental de escasa duración. No hay nada más absurdo y perjudicial que esas consultas que se suceden unas tras otras, de esos que se dicen magos y que han transformado por codicia o por necesidad un arte antiguo y serio en una actividad lucrativa y vana.
Esto no debe llevar a la transformación del arte de la cartomancia en una serie interrumpida de consultas encadenadas. La adivinación, cuando goza de este titulo con toda propiedad, necesita de un estado particular de relajación, de sensibilidad y de energía mental de escasa duración. No hay nada más absurdo y perjudicial que esas consultas que se suceden unas tras otras, de esos que se dicen magos y que han transformado por codicia o por necesidad un arte antiguo y serio en una actividad lucrativa y vana.
El consultante es por encima de todo un individuo que en la mayoría de los casos se halla insatisfecha y no es feliz.
No se acude al cartomántico cuando todo va viento en popa, salvo si no es por el sentido oriental de la inconstancia de todas las cosas, por el miedo a perder todo lo que poseemos. Por regla general son las preocupaciones, la soledad y la enfermedad lo que empuja a la consulta.
El que pide que se le echen las cartas para conocer su horóscopo o que le lean las líneas de la mano es que se encuentra atormentado por determinados problemas, sin duda alguna.
No se acude al cartomántico cuando todo va viento en popa, salvo si no es por el sentido oriental de la inconstancia de todas las cosas, por el miedo a perder todo lo que poseemos. Por regla general son las preocupaciones, la soledad y la enfermedad lo que empuja a la consulta.
El que pide que se le echen las cartas para conocer su horóscopo o que le lean las líneas de la mano es que se encuentra atormentado por determinados problemas, sin duda alguna.
Tiene pues, el derecho a un recibimiento individualizado y no en presencia de espectadores, en un lugar apacible, y debe ser escuchado, tranquilizado, orientado hacia nuevas posibilidades. Antes que un viaje al pasado o al futuro, la consulta es un diálogo, una pausa, una liberación saludable que exige tiempo y disponibilidad.
Las formas de adivinación aceptadas por ciertos cartománticos, como la consulta a distancia, por teléfono o por televisión pueden ser también conflictivas.
Despojada de su característica esencial de telepatía espiritual, la sesión de cartomancia practicada, en ausencia del consultante no puede ser aceptable más que en casos de extrema necesidad, de problemas muy graves pero poco matizados.
Despojada de su característica esencial de telepatía espiritual, la sesión de cartomancia practicada, en ausencia del consultante no puede ser aceptable más que en casos de extrema necesidad, de problemas muy graves pero poco matizados.
De todas formas hay que tener muy claro que una practica tal, exige por parte del cartomántico una sensibilidad refinada, desarrollada en extremo, un enorme poder de visualización, una gran carga magnética.
Por su parte, el consultante debe ser capaz de “sintonizar” mentalmente con el mago o bien procurarle un objeto personal, como una foto, una prenda de vestir o al menos un informe detallado, de manera que pueda establecerse un puente entre ambos, una canalización de sus fuerzas mentales.
También es posible considerar, en casos muy concretos, la presencia de un tercero que mantengan estrechas relaciones con el postulante ausente y que pueda servir de intermediario entre este y el mago, concentrando y orientando su propia energía mental a favor del interesado.
Por su parte, el consultante debe ser capaz de “sintonizar” mentalmente con el mago o bien procurarle un objeto personal, como una foto, una prenda de vestir o al menos un informe detallado, de manera que pueda establecerse un puente entre ambos, una canalización de sus fuerzas mentales.
También es posible considerar, en casos muy concretos, la presencia de un tercero que mantengan estrechas relaciones con el postulante ausente y que pueda servir de intermediario entre este y el mago, concentrando y orientando su propia energía mental a favor del interesado.
El Libro Practico de la Cartomancia.
Laura Tuan.
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