ARCANO VII – EL CARRO
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Cercana a los Rosacruz, esta carta representa a un
conquistador de doble perfil, material y espiritual.
De sus hombros sobresalen el urim y el thummin,
joyas oraculares de los antiguos sacerdotes hebreos.
Su frente se adorna con la estrella de la
inteligencia; en su pecho aparece el cuadrado de la estabilidad.
En el carro destacan los símbolos sexuales
hindúes, el lingam y el yoni tutelados por las alas del Mercurio filosófico: es
el símbolo de las conquistas que se hacen posibles mediante el dominio sobre
los instintos (las dos esfinges).
Lleva un cetro y está bajo un baldaquín de color
carne sostenido por cuatro columnas, dos azules y dos rojas, que descansan
sobre los cuatro ángulos de la caja.
Viste falda roja, cinturón amarillo y coraza azul.
Lleva una manga amarilla y otra encarnada.
Sobre la coraza una triple escuadra subraya el
trabajo de construcción que debe cumplirse en los tres mundos natural, humano y
divino.
Entre los dos las iniciales S.M. significan o bien
Su Majestad, o bien según la interpretación alquímica, Shuphur y Mercurius, que
son los elementos de base para la
Gran Obra.
Los comentadores han recordado a propósito de esta
imagen la leyenda de Alejandro, donde éste erguido en un carro tirado por dos
pájaros gigantes o dos hipogrifos quiere comprobar si los cielos y la tierra se
tocan (cf. el Libro de Alexandre), y también el carro de fuego del profeta
Elías.
Algunos han visto en esta lámina el éxito, el
triunfo, la superioridad, la diplomacia aplicada (O. Wirth); la peritación, la necesidad
de ser ilustrado (Th. Tereschenko); o las concesiones perjudiciales, los
escándalos (J.R. Bost).
Corresponde en astrología a la VII casa del zodíaco que se
refiere a la vida social.
El arcano nos habla de un dominio de las
situaciones mediante la voluntad, la decisión y la inteligencia. Indica
habilidad para hacer que prevalezca la propia opinión, y representa a una
persona disciplinada.
Anuncia iniciativas que culminarán con el
éxito y con la activación de asuntos pendientes, así como una victoria
conseguida a través del esfuerzo personal, éxitos de todo tipo, viajes y
desplazamientos.
Imagínate a Julio Cesar conduciendo su carro
triunfal entrando a Roma.
El ha vencido a sus enemigos y conquistado vastas,
nuevas tierras. Este es el espíritu del Carro; esta carta representa las
victorias que son posibles a través del poder de la voluntad y de la
auto-maestría.
Una imagen militar es apropiada para El Carro
porque esta carta da cuenta de las fuerzas asociadas con el combate -
disciplina, coraje, determinación y firmeza.
El Carro representa el aspecto positivo del ego.
Un ego saludable es aquel que es fuerte y seguro de
sí mismo.
El sabe lo que quiere y cómo lograrlo.
Podemos enojarnos cuando el ego es demasiado
saludable, pero en general buscamos a esa persona cuando necesitamos que
alguien nos guíe en los momentos difíciles.
Nosotros sabemos que él o ella no nos defraudará.
En las lecturas, El Carro suele aparecer cuando el
control estricto está o podría estar presente.
En su mejor expresión el control estricto no es
brutal, pero sí firme y directo.
Está fundamentado por un fuerte deseo y una gran
confianza. El Carro puede significar auto control o control del
entorno. Esta carta también representa victoria.
Hay muchos tipos de victorias; El Carro es del tipo
ganar-perder.
Su éxito es el resultado de vencer en la
competición para llegar a ser el número uno.
Tales momentos son gloriosos en las circunstancias
adecuadas.
En una tirada, nos puede indicar que las cosas irán
mas deprisa de lo que esperábamos
Como persona: Necesidad de avanzar en esta vida
Invertida indica frustración en el trabajo y
los negocios que van mal, anuncia viajes o desplazamientos peligrosos y
nos habla de la posibilidad de accidentes fracasos y pérdidas.
También puede anunciar errores fatales, e indicar
la existencia de represiones, inhibiciones y frustraciones.
Sus defectos son crueldad, violencia y
egocentrismo.
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