EL ESPÍRITU DEL TAROT
Como la Papisa, la versión del poder espiritual en femenino, también el Papa se sienta entre dos columnas del templo de Salomón.
Viste con predominio del azul y oro, los colores de la sabiduría y del espíritu, pero con un toque de rojo, que expresa el aspecto activo y combativo de la fe.
En efecto, todo el significado simbólico de este arcano está centrado en la autoridad espiritual, en la sabiduría y en los buenos consejos; así pues, un papel muy distinto del desempeñado por el Emperador, igualmente lleno de autoridad, pero terrenal.
El Papa es el hombre maduro, el que ha alcanzado la cima de sus posibilidades en todos los frentes, hasta el punto de que puede incluso permitirse tomar distancias y observar el circo de la existencia con sonriente sabiduría.
Ya superada la fase mas viril y activa de la vida, se dirige a fieles y penitentes con gestos de sosegada conciencia y con la serenidad propia de quien ha aprendido a sublimar en la fe los instintos y las pasiones.
En efecto, no le turban los contrastes de mentalidades, las diferencias morales de aquellos que se sitúan frente a él.
Es más, precisamente en eso consiste su tarea; conciliar los opuestos y hacer accesibles a los sencillos las mas altas verdades.
Lleva en la cabeza la triple corona que alude al discernimiento de las verdades abstractas, relativas a los tres planos de la existencia: físico, mental y espiritual.
Una función idéntica corresponde al cetro que estrecha en la izquierda, la mano receptiva, mientras alza la derecha en señal de bendición.
Así es, el cetro, marcado por siete puntas, tantas como símbolos planetarios, alude al poder espiritual que el pontífice ejerce en el mundo, representado como un globo dorado debajo de ellas.
Laura Tuan.
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