Leer las cartas a otras personas constituye una gran responsabilidad. Vigile lo que dice y tenga en cuenta las posibles consecuencias de su lectura.
1 Pronuncie con claridad y no hable entre dientes. Hay personas con problemas de audición.
2 Deje que el consultante haga preguntas. Responderlas le permitirá personalizar más eficazmente la lectura.
3 Evite las predicciones negativas. La persona que tiene preocupaciones o ha sufrido una decepción necesita un estímulo que le refuerce la autoestima y le ayude a creer en sí misma.
4 Apruebe las opiniones del consultante. La gente, por lo general, conoce las respuestas a sus problemas. Simplemente necesitan un apoyo emocional.
5 Brinde al consultante consejos sensatos. Descubrirá que la mayoría de la gente está interesada en hallar alternativas prácticas frente a los problemas.
6 Durante la lectura, puede navegar libremente entre el pasado, el presente y el futuro.
7 Ofrezca al consultante una luz al final del túnel, es decir, algo positivo que sea motivo de ilusión. Recuerde que el consultante posee el poder para hacerlo realidad.
8 Un empujón en la dirección correcta es lo que casi todo el mundo precisa. Nadie necesita predicciones desalentadoras. No obstante, muéstreles también cómo evitar lo malo.
9 Absorba el estado de ánimo del consultante. Sienta sus miedos y esperanzas, comparta sus sueños. De ese modo, usted comenzará a funcionar como un psicólogo, como una persona intuitiva, y logrará vislumbrar y comprender muchas más cosas.
10 Crea en sus propias predicciones; si no lo hace, no profetice. Sea sincero, no caiga en la trampa de inventar cosas sólo por tener algo interesante que decir.
11 Ofrezca su amistad al consultante. Si así lo hace, éste guardará un grato recuerdo de usted.
12 Evite la tentación de echar conjuros o maldiciones. Envuelva la lectura de un halo de misterio, si lo desea—es una parte esencial de ella—, pero no agrave los problemas del consultante con basura sobrenatural y aterradora. El consultante acude a usted en busca de ayuda.
13 Hechice, deslumbre, desconcierte, pero con moderación. Igual que al sazonar un plato, con un pellizco basta.
14 Evite los pronósticos relacionados con cuestiones legales y de salud. Son asuntos que más vale dejar en manos de profesionales. ¿Acaso le gustaría que el médico local se dedicara a leer el Tarot a sus pacientes, haciéndole la competencia? Por supuesto que no. Así pues, deje que cada uno haga el trabajo que le corresponde.
15 Equilibre la lectura: abarque todas las áreas de interés humano como el amor, el trabajo, la familia, etc. Si pasa por alto una de ellas, podría estar pasando por alto justamente el área que, de hecho, interesa al consultante.
16 Comunique sus afirmaciones en forma de relato, no como una lista de datos aislados.
17 Si tiene conocimientos sobre los signos zodiacales, puede preguntar al consultante su fecha de nacimiento y comentarle su significado astrológico.
18 Refuerce la autoestima y la moral del consultante. Si consigue estimularle la confianza en sí mismo, el consultante considerará bien invertidos su tiempo y su dinero.
19 El consultante ha de poder juzgar la precisión de la lectura basándose en lo que sabe que es cierto.
20 Si desea cobrar por la lectura, hágalo siempre que sienta que lo que ofrece merece este dinero. Otra opción consiste en pedir al consultante que le lleve una botella de vino o una tarta casera, cualquier cosa, pero siempre a cambio de algo. Si usted actúa de forma gratuita en todos los casos, acabará cansándose y sus lecturas serán cada vez más parcas y apagadas.
21 Cree una atmósfera agradable en la habitación donde vaya a realizar la lectura. No es preciso que la adorne como si se tratara del decorado de una película de Hollywood, pero sí puede hacerla acogedora.
22 Siembre semillas positivas en todo momento. La mayoría de las predicciones acaban cumpliéndose. El consultante se encargará de que así sea.
23 Sea claro en sus predicciones. Guíese, si quiere, por las preguntas que le hace el consultante, y permita que sus respuestas sean cada vez más específicas.
24 No subestime la inteligencia del consultante. Si intenta engañarle, se dará cuenta. Sea sincero. Sea usted mismo.
25 Elija el estilo de lectura que mejor se ajuste a usted. No imite el modelo de otras personas, pues si lo hace la lectura sonará forzada.
26 Aporte información intuitiva como parte de la lectura. No tema utilizar la intuición, pues se sorprenderá de los resultados que puede obtener. Después, se preguntará: «¿De dónde ha surgido eso?»
1 Pronuncie con claridad y no hable entre dientes. Hay personas con problemas de audición.
2 Deje que el consultante haga preguntas. Responderlas le permitirá personalizar más eficazmente la lectura.
3 Evite las predicciones negativas. La persona que tiene preocupaciones o ha sufrido una decepción necesita un estímulo que le refuerce la autoestima y le ayude a creer en sí misma.
4 Apruebe las opiniones del consultante. La gente, por lo general, conoce las respuestas a sus problemas. Simplemente necesitan un apoyo emocional.
5 Brinde al consultante consejos sensatos. Descubrirá que la mayoría de la gente está interesada en hallar alternativas prácticas frente a los problemas.
6 Durante la lectura, puede navegar libremente entre el pasado, el presente y el futuro.
7 Ofrezca al consultante una luz al final del túnel, es decir, algo positivo que sea motivo de ilusión. Recuerde que el consultante posee el poder para hacerlo realidad.
8 Un empujón en la dirección correcta es lo que casi todo el mundo precisa. Nadie necesita predicciones desalentadoras. No obstante, muéstreles también cómo evitar lo malo.
9 Absorba el estado de ánimo del consultante. Sienta sus miedos y esperanzas, comparta sus sueños. De ese modo, usted comenzará a funcionar como un psicólogo, como una persona intuitiva, y logrará vislumbrar y comprender muchas más cosas.
10 Crea en sus propias predicciones; si no lo hace, no profetice. Sea sincero, no caiga en la trampa de inventar cosas sólo por tener algo interesante que decir.
11 Ofrezca su amistad al consultante. Si así lo hace, éste guardará un grato recuerdo de usted.
12 Evite la tentación de echar conjuros o maldiciones. Envuelva la lectura de un halo de misterio, si lo desea—es una parte esencial de ella—, pero no agrave los problemas del consultante con basura sobrenatural y aterradora. El consultante acude a usted en busca de ayuda.
13 Hechice, deslumbre, desconcierte, pero con moderación. Igual que al sazonar un plato, con un pellizco basta.
14 Evite los pronósticos relacionados con cuestiones legales y de salud. Son asuntos que más vale dejar en manos de profesionales. ¿Acaso le gustaría que el médico local se dedicara a leer el Tarot a sus pacientes, haciéndole la competencia? Por supuesto que no. Así pues, deje que cada uno haga el trabajo que le corresponde.
15 Equilibre la lectura: abarque todas las áreas de interés humano como el amor, el trabajo, la familia, etc. Si pasa por alto una de ellas, podría estar pasando por alto justamente el área que, de hecho, interesa al consultante.
16 Comunique sus afirmaciones en forma de relato, no como una lista de datos aislados.
17 Si tiene conocimientos sobre los signos zodiacales, puede preguntar al consultante su fecha de nacimiento y comentarle su significado astrológico.
18 Refuerce la autoestima y la moral del consultante. Si consigue estimularle la confianza en sí mismo, el consultante considerará bien invertidos su tiempo y su dinero.
19 El consultante ha de poder juzgar la precisión de la lectura basándose en lo que sabe que es cierto.
20 Si desea cobrar por la lectura, hágalo siempre que sienta que lo que ofrece merece este dinero. Otra opción consiste en pedir al consultante que le lleve una botella de vino o una tarta casera, cualquier cosa, pero siempre a cambio de algo. Si usted actúa de forma gratuita en todos los casos, acabará cansándose y sus lecturas serán cada vez más parcas y apagadas.
21 Cree una atmósfera agradable en la habitación donde vaya a realizar la lectura. No es preciso que la adorne como si se tratara del decorado de una película de Hollywood, pero sí puede hacerla acogedora.
22 Siembre semillas positivas en todo momento. La mayoría de las predicciones acaban cumpliéndose. El consultante se encargará de que así sea.
23 Sea claro en sus predicciones. Guíese, si quiere, por las preguntas que le hace el consultante, y permita que sus respuestas sean cada vez más específicas.
24 No subestime la inteligencia del consultante. Si intenta engañarle, se dará cuenta. Sea sincero. Sea usted mismo.
25 Elija el estilo de lectura que mejor se ajuste a usted. No imite el modelo de otras personas, pues si lo hace la lectura sonará forzada.
26 Aporte información intuitiva como parte de la lectura. No tema utilizar la intuición, pues se sorprenderá de los resultados que puede obtener. Después, se preguntará: «¿De dónde ha surgido eso?»
y si es muy cierto eso.......saludos de Chile.
ResponderEliminary valla que es cierto eso!! saludos de tu amiga Chilena...
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