Muchas personas que practican las tiradas de tarot
no permiten en ningún momento que gente foránea toque sus cartas, ni tan
siquiera en el momento de mezclar o elegir.
Esto se debe al factor de que una baraja es
personal, intransferible y que debe ser uno con el tarotista, por ello se debe
tener un cuidado muy especial con las cartas, pues son la herramienta que si no
está correctamente lubricada, esta puede corromper las interpretaciones de cada
tirada y por lo tanto, restando eficacia al tarotista.
Por el contrario, se recomienda que en las tiradas
el consultante mezcle la baraja, puesto que impregna de energías la baraja y
con ello les ayuda a dar una mejor interpretación, aunque y tiene un factor
psicológico, haciéndole partícipe del proceso y que ayuda a aclarar sus dudas
compartiendo sus emociones con la baraja.
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